un amor aprueba de balas capitulo 2

 continuamos...

                                  capitulo 2
                       Nos volvemos a encontrar


                                 1 mes después…


***pov Marceline***

Después de lo que sucedió en el banco dimos el plan de robarlo por cerrado, Fiona se puso furiosa no la culpo trabajamos mucho en eso.

Hoy nuestra prima cake nos ha invitado a una fiesta, la verdad de las verdades es que nosotras participamos en otro rango mafioso muy poderoso llamado two daggers, traducción, las dos dagas, aunque no lo crean nos hace bastante el nombre, todos saben utilizar 2 dagas mínimos.

Fiona se ve algo preocupada, no sé qué sucede pero algo malo debe ser rara vez es la que se preocupa, somos bastantes confiadas.


***pov Fiona***

Estoy terriblemente preocupada y nerviosa, intento no parecerlo para no preocupar a Marceline, pero por favor hasta un ciego vería que algo anda mal, ¿Por qué? mi preocupación, porque en la fiesta de nuestra prima cake estarán todos los bandos mafiosos, por lo tanto, estarán los Ranger está casi escrito, pero no perderé la calma si alguien va a ganar este juego esa seré yo.

Ahora mejor me voy a preparar para la fiesta, pues solo queda una hora así que mejor me apuro, porque si no cake me mata.


1 hora después…


Véanme aquí en medio de la fiesta con una falsa sonrisa, no hay ni rastro de los ranger lo que me alivia mucho, pero eso no significa que no esté atenta a cualquier cosa.

C: fi, prima, no seas tonta mira que hay muchos hombres aquí, quien sabe talvez este hasta tu futuro marido.

Fi: que tonterías dices cake por favor.

C: bueno pero por lo menos ve y baila.

Fi: está bien si eso te hace feliz lo hare.

C: créeme me lo agradecerás algún día.

Comencé a bailar una danza típica donde cambias de pareja cada 15 minutos.

Estaba de lo más normal, pero cuando cambio de pareja y él me toma la mano siento que ya la he tocado, levantó mi vista, y ahí estaban esos precioso ojos rojos, esos ojos que me miraban fijamente.

Amo esos ojos, debo decir que no es que no me agraden los míos, si no que los suyos son tan, tan, pero tan expresivos, eran como nuestras dagas, hermosas y resplandecientes, pero también amenazadoras, al igual que las dagas sentías que sus ojos te atravesaban al contacto.

Ml: que encantadora sorpresa, quien lo diría, pues nos volvemos a encontrar.